Por lalternatiu.cat

En las últimas horas, varios portales ajenos al establishment mediático se han hecho eco de un documento de audio que, a pesar de haberse publicado ahora hace casi dos años, ha pasado bastante desapercibido. Hasta ahora.

En concreto, nos referimos a uno de los programas de pòdcast promovidos por el Foro Económico Mundial (WEF). Al episodio de 26 de noviembre de 2020 se entrevista Melisa Fleming, que dirigía las comunicaciones globales de la ONU.

La deriva que han seguido los acontecimientos desde entonces, permite coger la verdadera magnitud de las declaraciones formuladas por Fleming. Durante la conversación, reconoce que ya en aquellos momentos habían conseguido reclutar 110.000 individuos dispuestos a llenar las redes sociales de mensajes favorables a la narrativa oficial respecto de la Covid-19.

Tal como se desprende de las respuestas de la entrevistada, se trata de una campaña que se encontraba en plena fase de despliegue. Puede deducirse, por lo tanto, que el número de activistas digitales dedicados a esta tarea propagandística acabaría siendo mayor. Todo ello, combinado con la complicidad de los administradores de las grandes corporaciones tecnológicas.

En paralelo, se admite que también animaban los usuarios más populares de las plataformas para que compartieran sus consignas. Además, no es casualidad que la misma Fleming esté detrás portales como Verified. Nuevamente, se evidencia que el auténtico propósito de los autoproclamados verificadores es apuntalar la versión que más convenga a los poderosos.

Los responsables de la iniciativa de la ONU entregaban de forma recurrente las directrices que tenían que guiar la actuación del conjunto de internautas afines. Se señalaban objetivos y se los facilitaban los contenidos que tenían que difundir con insistencia, para dominar el relato a Internet y, a la vez, neutralizar las crecientes voces que ponían en entredicho el discurso dominante.

Un golpe conscientes de este tipo de acciones, resulta todavía más loable la desinteresada tarea llevada a cabo por entidades como, por ejemplo, la Asociación Libertaria, Unidos por la Verdad o la Associación Liberum, de ámbito estatal.

Mientras personas corrientes, que al ver el aumento del autoritarismo, decidían organizarse desde abajo para defender los derechos más elementales y promover un debate público riguroso, poderosas autoridades de alcance mundial, dotadas de recursos ilimitados, afanaban en silenciarlos y desacreditarlos.

Fuentes:

Por lalternatiu.cat: La ONU reclutó más de 100.000 activistas digitales para imponer el relato pandémico en las redes.

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