El «fact-checking» fue creado por un instituto financiado por George Soros

El sistema del «fact-checking» para evitar las supuestas «fake news», tan de moda a día de hoy, no fue inventado por portales como Newtral o Maldito Bulo.

El creador de este sistema fue el Poynter Institute estadounidense vinculado a las fundaciones Open Society de George Soros y relacionado con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La citada institución, dedicada en teoría a la formación de periodistas, desarrolló, bajo la dirección de Pierre Omidyar, a lo largo de 2016 un sistema para «verificar noticias» cuyo objetivo era realmente la gestión y selección de los flujos de información en función de una agenda política promovida por el Nuevo Orden Mundial.

Entre los directivos del Poynter Institute se encuentran Ammara Durrani y Sarah Farnsworth (antiguas altas funcionarias de la USAID) así como editores de algunos de los principales medios de comunicación globalistas como Los Angeles Times o el Jewish Journal.

La red global del Poynter Institute abarca a más de 9.000 personas, en su mayoría periodistas, que aplican los sistemas de «fact-checking» para supuestamente impedir la proliferación y publicación de noticias falsas.

Fuente:

Revista Penunbra. Temas en este artículo: Control MentalGeorge SorosInstituto Tavistock, Open Society

Los contenidos publicados son responsabilidad de su autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Planeta Libre.

Compartir esta publicación

Videos
Posts recientes
Este momento crucial
Vídeo
Newsletter

Suscríbase a nuestro boletín mensual para mantenerse actualizado

Te puede interesar

La Ciencia vendida a los intereses económicos

La investigación ha dejado de ser una libre herramienta del pensamiento y ha quedado atrapada en redes más profundas de la sociedad de consumo, que esencialmente invierte en ella para sacar beneficio». Esta situación, muy propia de la industria privada y de grandes empresas multinacionales, ha entrado de lleno en el ámbito académico y ha relegado a la investigación independiente y no sometida a los factores de poder, a una posición secundaria criticable y «a extinguir».

El secreto del Doctor Grinberg

En 1994 y en pleno clímax de su carrera, Jacobo Grinberg, también llamado el “Einstein de la conciencia”, desapareció misteriosamente. Las extrañas circunstancias de su desaparición han dado pie a múltiples hipótesis y teorías que han contribuido a ocultar la verdad del caso. En El secreto del Doctor Grinberg, el cineasta Ida Cuéllar documenta la investigación de este misterio “sin punto y final”. La película se estrenó el 21 de agosto en el Festival de Málaga, y próximamente se presentará en México.
Grinberg llevó el estudio de la psico-fisiología más allá de los límites de la ciencia tradicional con el fin de acercarse al potencial infinito del cerebro humano. Serio y meticuloso, profesor en la UNAM y director de un moderno laboratorio, el Dr. Grinberg investigó y experimentó hasta demostrar los primeros indicios de la telepatía.

Los dictados climáticos son autodestructivos, pero también forman parte de una agenda más amplia

Si cree que estas decisiones las toman gobiernos individuales, entonces está equivocado; el plan 2030 fue formulado por instituciones globalistas como la ONU y el Club de Roma: los estados miembros simplemente están siguiendo órdenes. El marco de tiempo para las reglas ambientales drásticas probablemente se retrasó en 1992 durante la «Cumbre de la Tierra» en Río de Janeiro (también conocida como Agenda 21).
La siguiente cita del Club de Roma, un grupo conectado directamente con la ONU, debería ilustrar por qué el público ha sido constantemente bombardeado con el cataclismo climático durante las últimas décadas. La cita proviene de un libro titulado ‘La primera revolución global’ publicado en 1992 . En ese documento recomiendan específicamente usar el calentamiento global como vehículo: “En la búsqueda de un enemigo común contra el que podamos unirnos, se nos ocurrió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, la hambruna y similares, encajarían a la perfección».