En los Estados Unidos, en las décadas de 1950, 1960 y 1970, decenas de miles de personas, reclutadas entre los indigentes, los desheredados, en prisiones, hospitales, cuarteles y orfanatos, sirvieron como conejillos de indias involuntarios para un programa ultrasecreto de la CIA. El objetivo de los científicos: borrar la memoria, hacer confesar a un enemigo, construir una máquina humana lista para matar contra su voluntad. Con frío cinismo y una voluntad sin límites, en un ambiente de Guerra Fría, los estadounidenses intentaron encontrar “el arma perfecta” que les permitiera esclavizar a individuos o poblaciones enteras.

Fabricación de espías programables remotamente: en los documentos de la CIA encontramos todos estos experimentos que tienen como objetivo crear super-espías. Consiste en crear una nueva personalidad en un conejillo de indias y darle una misión como matar a alguien, robar documentos o infiltrarse en redes. Y cuando termina la misión, se reprograma y el sujeto no recuerda nada.

Utilizando imágenes de archivo, testimonios de sobrevivientes, documentos secretos desclasificados y entrevistas con soldados y agentes retirados, este documento muestra cómo la CIA implementó una política de terror, sirviendo de LSD, electroshock, lobotomías e hipnosis.

Este documental demuestra la fuerte participación de los servicios estadounidenses para infiltrar, financiar y reclutar químicos que en su mayoría eran elementos brillantes de la sociedad civil. Finalmente, muestra cómo los hombres de la CIA y el ejército pudieron actuar sin ninguna consideración por la vida de los demás.

Compartir esta publicación

Videos
Posts recientes
Este momento crucial
Vídeo
Newsletter

Suscríbase a nuestro boletín mensual para mantenerse actualizado

Te puede interesar

El pensamiento único impuesto a golpe de represión, censura y soborno

La población confinada y en estado de shock pasaba horas y horas delante del televisor intentando obtener información de lo que estaba sucediendo. Aunque la relación de los grandes medios de comunicación con la oligarquía capitalista era bien conocida desde hace tiempo, nunca como ahora la gran burguesía ha demostrado su capacidad para controlarlo todo de forma absoluta.
Como si hubieran sabido lo que iba a suceder, en junio de 2019 la BBC puso en marcha la Trusted News Summit, que reunió a las plataformas tecnológicas y a los principales editores del mundo con el objetivo de construir una Iniciativa de Noticias de Confianza (TNI) para bloquear o eliminar informaciones «nocivas». Dos semanas después de que la OMS declarase iniciada la pandemia, la TNI asume el objetivo de «combatir la desinformación nociva sobre vacunas» (1) y adquiere una enorme extensión. Según sus propias noticias sus socios eran ya: Associated Press, Agencia France Press, BBC, CBC/Radio-Canada, Unión Europea de Radiodifusión (EBU), Facebook, Financial Times, First Draft, Google/YouTube, The Hindu, Microsoft, Reuters, Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, Twitter, The Washington Post… Sus integrantes se alertan inmediatamente de la presencia de contenido inadecuado, el cual «se revisará con prontitud para garantizar que no se vuelva a publicar la desinformación». Es decir, se elimina.

El último ataque de Bill Gates, ahora dirigido a las madres

Bill Gates parece estar detrás del impulso para dejar de amamantar y alentar la adopción de BIOMILQ, una “leche humana” de cultivo celular hecha en un laboratorio, junto con otras variedades de alimentos falsos.
Casi todos los grandes procesadores, fabricantes de carne y lácteos, también han adquirido o desarrollado sustitutos…
La comida falsa se presenta como una panacea para acabar con el hambre y la escasez de alimentos en el mundo, pero no hay nada milagroso en los alimentos sintéticos hechos en laboratorio. No se puede comparar con los alimentos que provienen de la naturaleza en términos de nutrición o protección ambiental, y como estamos viendo con la misteriosa escasez de leche en polvo, cuando dependes de alimentos falsos, tu propia supervivencia también depende del puñado de las empresas que los fabrican.

El Gran Reinicio: Un retroceso para la civilización

La pandemia del covid-19 se ha caracterizado por una fusión sin precedentes de los grandes y poderosos intereses empresariales con el poder estatal. Los políticos elegidos democráticamente en muchos países no han representado los intereses de sus propios ciudadanos ni han defendido sus propias constituciones y cartas de derechos. En concreto, han apoyado las medidas de confinamiento, los requisitos de vacunación, la supresión de diversas opciones de tratamiento precoz, la censura de las opiniones discrepantes, la propaganda, la injerencia en la esfera privada de las personas y la suspensión de diversas formas de libertad. Todas estas políticas y medidas fueron diseñadas de manera centralizada por los ingenieros sociales de la pandemia.