El plan para reemplazar la carne y la leche con grillos y cucarachas

Por Joseph Mercola

De acuerdo con las personas que promueven el Gran Reinicio (Gran Reseteo), consumir alimentos enteros no solo es algo “insostenible” sino también algo que “destruye el medio ambiente”, por lo que se debe reemplazar con ingredientes transgénicos y alternativas de proteínas hechas de insectos, plantas y biología sintética. Dicen que será imposible mantener la vida en la Tierra a menos que comencemos a consumir alimentos ultraprocesados y antinaturales. Una revisión científica ignoró los temas a tratar del Gran Reinicio, ya que los alimentos ultraprocesados son “insostenibles” y además no se consideran esenciales en el ámbito nutricional. Como tal, los impactos ambientales que ocasionan los alimentos ultraprocesados son indefendibles, ya que este tipo de alimentos se pueden evitar. El Foro EAT, cofundado por el Wellcome Trust y el Centro de Resiliencia de Estocolmo en 2014, desarrolló una “Dieta Planetaria” destinada a aplicarse a toda la población del mundo. Implica reducir el consumo de carne y lácteos hasta en un 90 %, además de trabajar con empresas de biotecnología para así reemplazar los alimentos enteros con alternativas creadas en laboratorio. Una vez que las corporaciones tengan el monopolio de la carne, lácteos, cereales y los aceites, serán ellas las que se beneficien y controlen el suministro de alimentos. Las empresas que controlan el suministro de alimentos controlarán países y poblaciones enteras.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF) y sus aliados del Gran Reinicio, consumir alimentos enteros no solo es “insostenible” sino que también es algo que “destruye el medio ambiente”.

Un “análisis de alimentos” reciente, publicado en el periódico The Guardian,1 se enfocó solo en la carne de res y de cordero de animales alimentados con pastura, criticando tales prácticas agrícolas por la forma en que utilizan la tierra y su bajo rendimiento en términos de rendimiento:

“Los campos cultivables, algunos de los cuales se utilizan para alimentar animales de granja, ocupan el 12 % de la superficie terrestre del planeta. Pero mucha más tierra (alrededor del 26 %) se utiliza para el pastoreo: en otras palabras, para carne y leche de animales alimentados con pastura. Sin embargo, en esta área, los animales de granja que se alimentan solo de pastura producen solo el 1 % de las proteínas del mundo”.

Las personas que impulsan el Gran Reinicio afirman que los alimentos de origen animal en general y los que se producen de manera orgánica, se deben reemplazar con productos genéticamente modificados para obtener un mayor rendimiento y resistencia a las plagas, al igual que con alternativas de proteínas hechas de insectos, plantas y biología sintética. En general, dicen que será imposible mantener la vida en la tierra a menos que comencemos a consumir alimentos ultraprocesados y antinaturales.

La investigación2 publicada en la edición del 25 de septiembre de 2022 del Journal of Cleaner Production ignoró los temas a tratar del Gran Reinicio, pero antes de entrar en eso, revisemos algunos antecedentes.

El objetivo de los conspiradores es acabar con la buena comida

En los últimos meses, he realizado muchos artículos donde explico cómo se destruye de manera intencional nuestro sistema alimentario. La decisión del gobierno de Holanda de imponer restricciones a la contaminación por nitrógeno a los agricultores es solo un ejemplo de esto. Esta política “ecológica” reducirá en un 30 % la producción ganadera el próximo año, lo que contribuirá a que los agricultores se queden sin ingresos y los obligará a vender sus tierras.

Dado que los Países Bajos son el mayor exportador de carne de la Unión Europea,3este plan provocará escasez de carne en todo el mundo. Canadá también decidió implementar restricciones idénticas como parte de su plan climático.4

Sin embargo, no se preocupe, porque los líderes del Gran Reinicio en todo el mundo tienen un plan para construir un nuevo sistema alimentario basado en “microganado” de grillos, gusanos de la harina y cucarachas, junto con carne de laboratoriohecha en placas de Petri y alternativas a la carne6 con ingredientes principales como la proteína de chícharo, el aceite de canola y la proteína de arroz.

El plan para crear una dieta que destruya la salud planetaria

El Foro EAT, cofundado en 2014 por el Wellcome Trust y el Centro de Resiliencia de Estocolmo,7 desarrollaron lo que ellos llaman “La Dieta Planetaria”,8 destinada para ser aplicada en todas las personas del mundo. Esta implica reducir el consumo de carne y lácteos hasta en un 90 %, y reemplazarlos con alimentos elaborados en laboratorios, junto con cereales y aceites, la mayoría de los cuales ahora son genéticamente modificados (GE).

Su iniciativa más grande se llama “FReSH”, que tiene como objetivo transformar el sistema alimentario al trabajar con empresas de biotecnología para reemplazar los alimentos enteros con alternativas creadas en el laboratorio, todo con el fin de prevenir los problemas del cambio climático y promover la “sostenibilidad”.

Una vez que las empresas de tecnología tengan el control de la carne, lácteos, cereales y los aceites, serán ellos quienes se beneficien y controlen el suministro de alimentos. Está por demás decir que las empresas privadas que controlan el suministro de alimentos también controlarán países y poblaciones enteras. Al fin y al cabo, de eso se trata todo este alboroto sobre los “sistemas alimentarios sostenibles”.

Comida chatarra con esteroides

Sin embargo, cualquier persona que sepa algo sobre nutrición puede notar que todo lo relacionado con este nuevo sistema propuesto es un desastre. Para empezar, la biología sintética (alternativas a la carne y los lácteos) es comida chatarra con esteroides.

Todos los alimentos procesados y ultraprocesados se relacionan con un consumo mayor de calorías, aumento de peso y enfermedades crónicas,9 incluyendo el deterioro cognitivo10 que, al mismo tiempo, promueve la desnutrición.

Una de las principales razones por las que los alimentos procesados son tan peligrosos es porque contienen ácido linoleico (LA) graso omega-6, en su mayoría de aceites de semillas industriales. Cabe destacar que las alternativas a la carne, elaboradas de vegetales, no contienen grasas animales. Toda la grasa proviene de aceites de semillas industriales como el aceite de soya y canola, que son recetas que contribuyen al desastre metabólico.

Los alimentos procesados también contienen altas cantidades de azúcar, por lo general en forma de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, pero a pesar de lo malo que es, ni siquiera se acerca al daño causado por un consumo elevado del LA, el cual actúa como un veneno metabólico. Lo que es peor, el LA permanece en las membranas celulares hasta por siete años, mientras que el azúcar se agota muy rápido y se elimina una vez que deja de agregar más.

Para ser claros, el LA es la única grasa que debe minimizar en su alimentación, ¡en otras palabras, no debe consumirla más! Es probable que cualquier cantidad superior a 10 gramos al día cause problemas, mientras que la mayoría de las personas en Estados Unidos consumen mucho más que eso.”

En mi opinión, reemplazar la carne real con sustitutos falsos, sin importar cómo estén hechos, acelerará el deterioro de la salud que la población ya empezó a experimentar.11

En pocas palabras, reemplazar la carne real con sustitutos falsos, no aporta ningún beneficio. Ni para el medio ambiente, el clima, la nutrición humana o el bienestar animal. Son solo peligros y afirmaciones falsas. Por lo tanto, si valora su salud, le recomiendo que evite todos los sustitutos de la carne.

Por qué la proteína de insectos es una mala idea

¿Qué pasa con la proteína de insectos? De acuerdo con los secuaces del Gran Reinicio, la proteína de insectos es muy buena en cuanto a nutrición, además protegerá el planeta al eliminar la necesidad de ganado, reducirá el uso de tierras agrícolas y revertirá los problemas del cambio climático.12

Pero, no tan rápido. Tal vez alguien no pensó en lo siguiente: resulta que los insectos contienen quitina,13,14 un compuesto demasiado inflamatorio y que provoca alergias.15

Algunos tejidos humanos tienen una enzima que destruye la quitina, llamada quitinasa, pero no siempre funciona bien, en cuyo caso la quitina podría provocar una respuesta inmunológica, reacciones alérgicas e inflamación, ya que aumenta la producción de citoquinas inflamatorias.

Sin embargo, el Edibleinsects.com, lanzado en 2022, describe la quitina como “una fibra prebiótica valiosa” con propiedades antifúngicas, antivirales y antibacterianas, 16 mientras que eatcrickster.com afirma que puede reducir la inflamación.17 Una serie de estudios publicados en los últimos años ha realizado afirmaciones similares.

Por mi parte, recomendaría proceder con mucha precaución, ya que la industria de alimentos, durante décadas, ha afirmado que los alimentos procesados y los ingredientes artificiales son seguros y efectivos, al igual que la vacuna anticovid, incluso cuando existe una amplia investigación que demuestra lo contrario.

Se diseña una guía alimentaria para destruir la orientación nutricional

Un ejemplo perfecto de cómo los alimentos ultraprocesados poco saludables se promocionan como mejores que los alimentos animales no procesados, es la guía alimentaria “Food Compass” de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición,18 presentado a finales de 2021. Esta guía se creó con los siguientes objetivos:19

Alentar a la industria alimentaria a desarrollar alimentos más saludables.
Proporcionar incentivos para la compra de alimentos para los empleados a través de programas de bienestar en el lugar de trabajo, atención médica y asistencia nutricional.
Suministrar la ciencia para las políticas locales y nacionales.
Permitir que los restaurantes y las cafeterías de escuelas, empresas y hospitales presenten opciones de alimentos más saludables.
Informar la política de comercio agrícola.
Guiar a inversores institucionales e individuales sobre decisiones de inversión ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG).

El problema es que la guía “Food Compass” sugiere que las personas no tengan acceso a alimentos naturales saludables, pero promueve la comida chatarra procesada. Por ejemplo, el cereal Frosted Mini Wheats obtiene una puntuación tres veces mayor que la carne molida (87 de 100, en comparación con 26). 20

Otros alimentos procesados y de alta puntuación incluyen a las almendras cubiertas de chocolate, el cereal Honey Nut Cheerios, las papas fritas, un sustituto de huevo frito en aceite vegetal y el cereal Lucky Charms. Los chocolates M&M de almendras incluso obtienen una puntuación más alta que el huevo entero frito en mantequilla, que el queso cheddar y la carne molida, los cuales son alimentos enteros sin procesar.

¿Quién en su sano juicio puede creer que los M&M son más saludables que los alimentos enteros? De acuerdo con la guía “Food Compass”, cualquier cosa con una puntuación inferior a 30 se debe minimizar, por lo que, según esta herramienta, será más saludable si reemplaza el huevo, el queso cheddar y la carne molida por dulces, lo cual es una completa locura.

Así es como sabe que esto no es una guía nutricional real. Es una herramienta del Gran Reinicio para educar mal a las personas sobre lo que es saludable y lo que no. Sin la falsa propaganda no podrán reestructurar el sistema alimentario en la forma en que ellos quieren.

Los alimentos ultraprocesados NO son ‘ecológicos’

Una vez que revisamos por qué las ideas del Gran Inicio para un nuevo sistema alimentario son un desastre para su salud, pasemos al artículo del Journal of Cleaner Production 21 que mencioné al principio.

El título del documento es “Conceptual Framework for Understanding the Environmental Impacts of Ultra-Processed Foods and Implications for Sustainable Food systems”. Este explica por qué los alimentos ultraprocesados son contraproducentes para los objetivos ambientales “ecológicos” y sostenibles.  Por ejemplo, los alimentos ultraprocesados (UPF) son responsables:

  • Del 17 % al 39 % del uso total de energía relacionado con la alimentación.
  • Del 36 % al 45 % de la pérdida total de biodiversidad relacionada con la alimentación.
  • De hasta un tercio de las emisiones totales de gases de efecto invernadero relacionadas con la alimentación, el uso de la tierra y el desperdicio de alimentos.
  • De hasta una cuarta parte del uso total de agua relacionado con la alimentación de adultos en países de altos ingresos.

La producción y fabricación de alimentos ultraprocesados también contribuye a la degradación de la tierra, promueve el uso de herbicidas y fomenta la eutrofización (también conocida como aumento de la productividad del fitoplancton inducido por nutrientes).

Los impactos ambientales de los alimentos ultraprocesados son EVITABLES, porque este tipo de alimentos NO son esenciales en términos nutricionales. Si en realidad queremos proteger el medio ambiente, nuestro planeta y nuestra salud, podrían y deberían eliminarse por completo.

A pesar de toda la palabrería que se paga para promover que exista “equidad” en todas las áreas de la vida, el aumento del consumo de alimentos procesados desvía las finanzas de los pequeños agricultores y colonos, lo que contribuye a más desigualdades económicas. En otras palabras, promover el consumo de alimentos procesados:

  • Promueve la inequidad financiera
  • Promueve la pérdida de biodiversidad y degrada tanto la tierra como el agua, lo que es lo opuesto a la protección ambiental y planetaria prometida por los partidarios del Gran Reinicio.
Los alimentos ultraprocesados son ‘fundamentalmente insostenibles’

Como señalan los autores:22

“Los hallazgos destacan que la degradación ambiental que se relaciona con los UPF es motivo de preocupación debido a los recursos sustanciales que se utilizan en la producción y el procesamiento de dichos productos, y también porque los UPF son superfluos para las necesidades humanas básicas.

Los UPF utilizan marketing persuasivo y, por lo general, se producen en masa al utilizar ingredientes económicos para permitir el consumo excesivo a través de la disponibilidad, la hiperpalatabilidad, la falta de saciedad y el desplazamiento de los alimentos enteros.

Un creciente cuerpo de evidencia informa que el consumo de UPF se relaciona con un riesgo mayor de sufrir sobrepeso y obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, síndrome metabólico, síndrome del intestino irritable, cáncer, depresión y mortalidad por todas las causas, entre otros. Es probable que esto sea causado por la mala composición de nutrientes de las UPF y las matrices alimentarias degradadas.

Una comprensión detallada de los impactos ambientales de los UPF es clave para informar las políticas y las directrices alimentarias. Esto es pertinente porque los UPF se excluyen con frecuencia de las directrices y los documentos de política mundiales y nacionales sobre dietas y sistemas alimentarios sostenibles.

Por ejemplo, el informe EAT-Lancet, uno de los documentos de referencia más reconocidos sobre dietas sostenibles, no menciona las UPF, ni tampoco el principal informe de la FAO sobre los impactos de la agricultura y la alimentación en la biodiversidad.

Las pocas actividades de política que consideran la sostenibilidad ambiental de las UPF se basan en evidencia conceptual, en lugar de evidencia de estudios empíricos.

Conclusión: Los alimentos ultraprocesados son productos insostenibles; se han relacionado con resultados sociales y de salud deficientes, y requieren recursos ambientales limitados para su producción. Los UPF son responsables de una cantidad significativa de energía relacionada con la alimentación, [y] emisiones de gases de efecto invernadero”.

La conclusión real aquí es que los impactos ambientales de los alimentos ultraprocesados SON EVITABLES, porque este tipo de alimentos NO son esenciales en términos nutricionales. Si en realidad queremos proteger el medio ambiente, nuestro planeta y nuestra salud, podrían y deberían eliminarse por completo.

Lo que más necesitamos es una agricultura orgánica, biodinámica y regenerativa, desde frutas y vegetales hasta alimentos de origen animal. Eso es lo que el mundo necesita para gozar de una salud óptima, y también es lo que mejor puede preservar y mejorar nuestro medio ambiente.

Es necesario rechazar la dieta del Gran Reinicio

Como se señaló en una revisión de 2004 en el American Journal of Clinical Nutrition,23“existen muchas diferencias en el tema de la salud que se relacionan con las desigualdades en la educación y los ingresos”. Por lo general, una alimentación rica en nutrientes cuesta más que una rica en calorías, pero deficiente en nutrientes.

Una de las razones es que los alimentos procesados ricos en calorías contienen ingredientes subvencionados por el gobierno, como maíz, trigo, azúcar y varios aceites de semillas. Debido a que brindan mejores márgenes de ganancias a los agricultores industriales, existen pocos incentivos para sembrar cultivos que no lleguen al ciclo de los alimentos procesados. En 2016, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publicó un artículo titulado: “What Will We Eat in 2030?”24

Al tomar nota de la relación entre la salud y la diferencia de ingresos que se acaba de mencionar, el artículo propone mejorar el sistema alimentario, pero no reduciendo los alimentos procesados, sino procesando los alimentos que, según ellos, son “formas mejores para nuestra salud”, como “la fortificación” o biofortificación), donde se modifican los nutrientes, ya sea en la biología o en la fabricación de alimentos, y a través de la reformulación de los alimentos actuales para obtener menos calorías y más nutrientes”.

“Los alimentos ‘ultraprocesados’ no tienen por qué ser poco saludables”, afirma el WEF. Esta es una mentira como cuando dicen que “puede tomar el Roundup”, Fumar es seguro para las mujeres embarazadas”, “El DDT es bueno para mí” y que “Las vacunas anticovid son seguras y efectivas”. Es simplemente imposible que los alimentos ultraprocesados sean saludables. Eso es todo.

Parte de la solución es cultivar sus propios alimentos, todo cuenta. Otra parte es apoyar a los agricultores locales al comprar sus productos, o de lo contrario, terminarán por desaparecer. Comenzar cooperativas locales y huertos comunitarios también puede ayudar a crear seguridad alimentaria a largo plazo.

Al mismo tiempo, también tenemos que rechazar las soluciones globalistas como la carne falsa, la carne modificada genéticamente, los alimentos transgénicos, los alimentos a base de insectos y todo lo demás. Lo más importante es que entienda que ninguna de sus soluciones es para nuestro beneficio. Todo lo contrario. El WEF ha declarado que para 2030, no será dueño de nada, y en realidad lo dicen en serio. Nos quitarán todo, incluyendo el derecho a cultivar nuestros propios alimentos y a comer alimentos naturales, sin procesar ni adulterar, obviamente, si se lo permitimos.

Fuente:

Por Joseph Mercola: El plan para reemplazar la carne y la leche con grillos y cucarachas.

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